Después de una larga espera y numerosas reprogramaciones, la primera mitad de la final fue jugada en Diriamba y ganada por un Diriangén, que apeló a su mística, derrotando (2-1) con 10 jugadores a un Real Estelí que lució sorprendido por el corazón y el fútbol de los Diriambinos.
Lluvia de emociones
El encuentro comenzó bajo un auténtico diluvió en la cuna del fútbol nicaragüense, complicando por cortos lapsos las condiciones del engramado, obligando a los equipos a jugar con trazos largos, dinámica en la que Estelí lució mejor explotando las espaldas de la defensiva cacique con Gállego y Betancur. Fue precisamente en un trazo largo de Jason Casco que encontró con espacio abierto al español Pablo Gállego, que en el mano a mano superó a Melvin Hernández, estrellando su remate en el vertical derecho del arco cacique y al rebote llegó de manera oportuna Gregorio Torres para abrir el marcador (0-1, 26´).
Respuesta inmediata
El Cacique mostró el temple necesario para digerir la adversidad y proporcionar una respuesta inmediata, Vega fue derribado por Jorge Betancur dentro del área, el penal fue correctamente decretado y ejecutado por un Leonel Torres que sigue mostrando jerarquía y liderazgo (1-1, 31´). La lluvia poco a poco se fue diluyendo y consigo, también pareció hacerlo el conjunto visitante. Diriangén tomó el dominio del esférico y comenzó a generar opciones de gol por medio de sociedades como Torres – Esquivel.
Apelaron a su mística
Diriangén arrancó la segunda parte con la misma determinación de ir por la victoria, sin embargo, una irresponsable barrida de Josué Meneses a 60 metros de su zona de marcador central, terminó haciendo que el costarricense viera la tarjeta roja directa al 55´. No obstante, el Cacique apeló a su mística, a su garra, su corazón y su buen fútbol, imponiéndose de manera clara contra la inferioridad numérica y contra la desfavorable estadística de enfrentamientos directos en finales.
Lejos de dudar, Diriangén saltó hacia el frente a comerse a su rival, quién a pesar de tener un jugador más en la cancha fue sorprendido y superado por la dinámica del conjunto centenario. El Cacique generó numerosas oportunidades de gol, dejando el corazón en cada una de ellas. Finalmente, el esfuerzo encontró su recompensa al 82´, cuando Leonel Torres “peinó” un gran servicio de Parrales, enviando el esférico al ángulo superior izquierdo de Maradiaga que a pesar de su esfuerzo fue un espectador más de una remontada que evoca al Diriangén de antaño, (2-1, 82´).
Así, el Cacique tomó ventaja en la final de ida del Clausura 2018, un encuentro cuyo desarrollo dejó fortalecido en lo anímico al conjunto diriambino, que tendrá que completar la tarea en el Estadio Independencia para definir quién será el nuevo monarca de Liga Primera.
Sitio No Oficial - Algunos derechos reservados
Comentarios
Añadir nuevo comentario